En el concurso CanSat, los estudiantes de secundaria fabrican un satélite del tamaño de una lata. El reto de los estudiantes es encajar la fuente de alimentación, los sensores y el sistema de comunicación en este tamaño. Durante la final, los satélites son transportados hasta una altitud de aproximadamente 1 kilómetro mediante un dron o un globo, momento en el que se produce la misión principal del satélite: realizar un experimento científico o una demostración tecnológica, aterrizar de forma segura y analizar los datos recogidos.

Cada equipo participante debe completar dos misiones: una misión primaria obligatoria para transmitir y recoger datos sobre la temperatura y la presión del aire al menos una vez por segundo mediante comunicación por radio; la misión secundaria está completamente abierta a la imaginación de los estudiantes. La misión secundaria podría ser un sistema de aterrizaje autónomo, un análisis de la atmósfera terrestre, el desarrollo de un rover que quepa en un cansat, o cualquier otra cosa que se les ocurra.